Con anterioridad a la aparición de Mini-ITX, el formato de placa base más reducido que se había definido era Micro-ATX. No obstante, no se trataba de un producto fácil de obtener en el mercado, ya que los ordenadores de pequeño tamaño no gozaban aún de interés. Por ello, el formato ATX copaba las ventas como estándar de facto.
Posteriormente, algunos fabricantes como Shuttle comenzaron a fabricar equipos de reducidas dimensiones que se dieron en llamar barebones. Estos equipos disponían de una placa base reducida, pero cuyas especificaciones no eran públicas.
Con la popularización de los equipos de reducidas dimensiones, Mini-ITX proporcionó al mercado la posibilidad de crear configuraciones "a la carta" ya que sus especificaciones son abiertas y compatibles con los componentes diseñados para ATX.
sábado, 8 de noviembre de 2008
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